DIEGO BUENOSVINOS | 07.09.2023 

El pasado 22 de agosto, se daba luz verde al Estatuto de la Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial como paso previo a la creación de un organismo que, ubicado en La Coruña, profundice en el control de este amplio ecosistema de empresas que se prevé trabajen en torno a esta nueva herramienta cuyos límites se quieran acotar. Pero en realidad, ¿cómo afectará a nuestro sistema de Salud?

La inteligencia artificial (IA) está modificando el cuidado de la salud y se comienza con la práctica médica en todo el mundo. Las últimas estimaciones indican que sus inversiones a nivel global, solo en este sector, se acercarán a los 36 mil millones en 2025, lo que supone un crecimiento del 50% con respecto a 2018. En combinación con la telemedicina, la IA puede desempeñar un papel importante en la mejora y ampliación del acceso de la población al sistema de salud pública.

Ciertamente, se está comenzando a utilizar en la creación de fármacos, terapias o distintos dispositivos que se utilizan en centros de salud u hospitales. En estos momentos son un eje principal en la investigación de nuevos prototipos de productos sanitarios con una importante innovación tecnológica.

La Unión Europea ha aprobado un reglamento como parte de su estrategia digital. Se quiere regular la IA para garantizar mejores condiciones de desarrollo y uso de esta tecnología innovadora. Porque, se cree que puede aportar muchos beneficios, como lo son «una mejor asistencia sanitaria, un transporte más seguro y limpio, una fabricación más eficiente y una energía más barata y sostenible».

Desafíos en el sector sanitario

La privacidad de los pacientes, la confianza en los análisis de datos constituyen los principales desafíos para la implementación de la inteligencia artificial. A medida que se generan y utilizan cada vez más datos, las organizaciones del sector sanitario necesitan la infraestructura adecuada para poder almacenarlos y organizarlos. De forma parecida, cualquier tipo de inteligencia artificial requiere los algoritmos adecuados para dar un sentido significativo a un pool de datos. Si no existe una infraestructura efectiva, las organizaciones podrían correr el riesgo de utilizar incorrectamente la información médica de un paciente o dejarla expuesta a ciberataques u otras amenazas.

Pero más allá de disponer de la infraestructura, pila de tecnología y capacitación de TI adecuadas, las organizaciones requerirán códigos éticos de inteligencia artificial ajustados con precisión que sirvan de guía para gestionar los datos y la inteligencia artificial, equivalentes a los códigos éticos humanos.

Formación y telemedicina

La educación debe ser la base de cualquier enfoque de implementación de la telemedicina y la IA, tanto para el personal sanitario como para los pacientes. Se recomienda que todo el personal médico reciba formación sobre cómo utilizar las herramientas y el software de IA, además de capacitarse en la comunicación con los pacientes a través de un medio electrónico.

Detección precoz de enfermedades

La inteligencia artificial en el ámbito de la salud ofrecerá un soporte para mejorar el diagnóstico que facilita la detección temprana de las enfermedades y lesiones, así como la predicción de la efectividad de un determinado tratamiento y de la evolución del paciente, por lo que abre las puertas a una medicina mucho más preventiva y con mayores cotas de personalización. Por otra parte, la IA ha demostrado ser eficaz en la identificación de patrones y anomalías en imágenes médicas, lo que permite una detección temprana y precisa de enfermedades graves como el cáncer y otras afecciones.

Diagnóstico médico
Prevención de enfermedades

La IA ha demostrado ser altamente eficaz en la detección y prevención de determinadas enfermedades, mejorando notablemente la calidad de vida de los pacientes. En este sentido, destaca la creación de sistemas informáticos capaces de diagnosticar, con alta precisión, determinados tipos de cáncer (como el de cérvix, útero, cabeza, cuello y próstata, entre otros).

Asimismo, se han creado programas inteligentes dirigidos al ámbito de la cardiología. Estos logran detectar cardiopatías que, de otro modo, permanecerían totalmente ocultas.

Por otro lado, la inteligencia artificial también está ocupando un papel muy relevante en la rama de psiquiatría y psicología. Destaca aquí el desarrollo de estudios computacionales, basados en el análisis de mensajes publicados en redes sociales. A partir de ellos, se generan algoritmos que tienen la capacidad de predecir el riesgo de que un usuario padezca alguna psicopatología.

Ayuda en la toma de decisiones médicas

Para tomar determinadas decisiones médicas, los profesionales sanitarios siguen un proceso que se desarrolla en atención a los siguientes parámetros:

Disponibilidad de evidencia objetiva y confiable.
Investigación.
Interpretación de los hechos existentes.
Ponderación entre riesgos y beneficios.

Sin embargo, la realidad muestra que, en determinadas ocasiones, este protocolo estandarizado no funciona. Ya sea porque la evidencia no está disponible, porque el tiempo para tomar dicha decisión es limitado, o porque las decisiones sobre determinados pacientes no pueden ser siempre objetivas, acaba fracasando.

Así pues, la gran capacidad de recopilación, análisis y procesamiento de datos de la inteligencia artificial, se presenta como la solución a todos estos problemas. Los nuevos softwares de gestión y apoyo, están ayudando a los profesionales en la toma de decisiones médicas, reduciendo los tiempos de espera y minimizando los riesgos.

Diagnóstico y tratamiento de enfermedades

La aplicación de la inteligencia artificial en salud ha mejorado enormemente la capacidad de diagnóstico y, por ende, la eficacia de los tratamientos. En este sentido, destaca la creación de una gran cantidad de programas informáticos inteligentes, dirigidos a la detección de enfermedades infecciosas, renales y reumatológicas.

Además, el uso de la IA en el procesamiento e interpretación de imágenes, también ha conseguido mejorar las tasas de diagnóstico por este medio. Sus altas capacidades de reconocimiento de patrones complejos, ofrecen una mayor precisión e, incluso, permiten desarrollar modelos tridimensionales.

En cuanto al tratamiento, la IA también se ha utilizado para predecir posibles reacciones adversas, o para determinar el grado de adhesión al tratamiento por parte de los pacientes, se señala desde Sanofi. Encontramos aquí asistentes robóticos que, en combinación con la inteligencia artificial, ayudan en el seguimiento, soporte y monitorización de los mismos.

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