BioPress | 16.12.2025
La formación corporativa está viviendo una de sus mayores transformaciones. La digitalización, el trabajo híbrido y la necesidad de actualizar competencias de forma continua están llevando a las organizaciones a demandar modelos formativos más ágiles, flexibles y escalables, capaces de gestionar el conocimiento a lo largo de todo el ciclo profesional.
Entre las principales tendencias 2025-2026 destacan:
Pasar de cursos aislados a modelos formativos integrados. Digitalizar ya no significa solo alojar contenidos en una plataforma. Hoy se combinan creación de contenidos, itinerarios personalizados, analítica avanzada y recursos interactivos en un mismo entorno. Las organizaciones no solo imparten cursos: gestionan conocimiento de forma continua.
La inteligencia artificial aplicada al e-learning. La IA permite automatizar la creación y actualización de contenidos, transformar documentos en módulos estructurados, generar evaluaciones y adaptar la experiencia visual y pedagógica a cada organización. El proveedor deja de ser solo tecnológico y se convierte en aliado del conocimiento.
Microaprendizaje y accesibilidad. Los contenidos breves, focalizados y consumibles en minutos mejoran la retención y facilitan el aprendizaje en el flujo de trabajo, especialmente en entornos exigentes como el sanitario.
Gamificación avanzada y aprendizaje inmersivo. Más allá de puntos o recompensas, se incorporan dinámicas participativas, casos simulados y experiencias inmersivas que facilitan la adquisición de competencias prácticas.
Learning analytics y medición del impacto. Las organizaciones dejan de medir horas de formación y pasan a evaluar impacto real: adquisición de competencias, engagement y transferencia a la práctica profesional.
El papel de Recursos Humanos también evoluciona. Según datos del sector, el 83 % de los líderes de RR. HH. considera que la velocidad de aprendizaje será un factor clave de competitividad. RR. HH. pasa de gestionar cursos a orquestar modelos de aprendizaje alineados con los objetivos del negocio, basados en impacto y evidencia.
En este contexto, la formación corporativa deja de ser un apoyo operativo para convertirse en una palanca estratégica de transformación, especialmente en sectores regulados y científicos, donde el conocimiento actualizado marca la diferencia.
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